Los vinos de Muga, la bodega riojana del histórico Barrio de la Estación de Haro, son
referentes clásicos de vinos con marchamo de calidad. Es infrecuente – por los
elevados costos - que las bodegas cuenten con toneleros propios que fabrican sus barricas y tinas con
robles secados en sus instalaciones durante años a la intemperie, o
fermenten sus vinos en grandes fudres de madera, y clarifiquen con clara de huevo como antaño
se hacía.
Excelencia
se llama al motivo por el que tengo entre mis vinos favoritos dos tintos
de Muga – ya míticos -, ambos bien distintos: Gran Reserva Prado Enea, auténtico clasicazo y
Torre Muga un formidable rioja muy
moderno. Mi respeto por sus vinos – no importa el color -, es pareja a la
que siento por la familia de bodegueros. La
nueva saga de gestores – savia nueva -,
son hijos de los hermanos Juan y Manuel Muga. Sentí la inesperada perdida -
pocos años atrás -, del presidente de la bodega Manuel Muga. El repentino deceso de este autentico gladiador en la
defensa del vino riojano, no desanimó al resto de la familia (más allá del
dolido sentimiento familiar por tan sensible pérdida… y de orfandad que afligió
a su hermano Juan), para continuar el legado de tres generaciones de actividad vitivinicultora y de vocación exportadora de la bodega. Para
este fin, los más jóvenes incrementaron la frecuencia
viajera con objeto de visitar nuevos y viejos clientes. Porque
es una realidad que los vinos de Muga pueden encontrarse en más de medio
centenar de restaurantes y tiendas especializadas del planeta vino, y que cuentan con el reconocimiento de
multitud de premios de instituciones profesionales y revistas especializadas.
Yo mismo lo he podido comprobar en países europeos, donde por motivos de
trabajo he viajado con relativa frecuencia. También están bien posicionados en el complicado mercado
estadounidense, nuevo ‘El Dorado’
para nuestras marcas de vinos de calidad. Visito con frecuencia la ciudad de Nueva York donde reside una de mis hijas. En una de mis estancias
en La Gran Manzana, ojeaba las
paginas dedicadas a la gastronomía del diario New York Times, y pude comprobar las elogiosas referencias - foto
incluida -, de la presentación de un tinto de Muga, en una de las vinotecas
que crean tendencia en la ciudad
de los rascacielos.
ESPACIO TORRE MUGA
El moderno Espacio Torre Muga es un proyecto
del arquitecto Iñaki Aspiazu
(también autor de la inconfundible bodega de Baigorri). El edificio - orgullo de la familia -, es un homenaje a
su emblemático vino homónimo. Lo
integra un área para la recepción de
visitantes, que incluye tienda y amplia
sala de catas. Su espacio superior lo
corona a modo de guirnalda (me recuerda la girnaldina de Piazza Grande de
Módena) la emblemática Torre Muga. Aspiazu apuesta estéticamente por la madera, que nos recordarán los
tostados de la tonelería; la piedra que
nos invita a descubrir la compleja mineralidad
de sus vinos, y el cristal que nos
mostrará su limpio color.
En este
acogedor Espacio tuve la oportunidad
de probar dos vinos. El primero de ellos lo conozco muy bien porque todos los
finales de año Muga lo presenta en
primicia en Primer, el Salón de los
Vinos de Maceración Carbónica. Se
trata del tinto Muga Maceración
Carbónica, que es un vino recién nacido
y auténtica sinfonía todofruta. Nunca me defrauda, pero me gustó más si cabe, cuando lo encontré ‘más
hecho’ con unos meses más de
vida. El segundo de los tintos no lo había probado anteriormente; es la elaboración alta de gama de la bodega. A esta escasa rareza enológica la bautizaron Aro - sin hache -, en homenaje
a la capital del vino de Rioja. Aro es un vino de alta expresión que tiene su origen en cepas seleccionados de
Tempranillo y Graciano de más de 60 años. Pero esta es harina de otro
costal… y en otra ocasión con más tiempo y espacio les hablaré de estos dos
vinos, que quizá sean el ‘alfa y omega’ de los tintos de Muga.
LOS VINOS
En esta ocasión, les presento dos
vinos tranquilos – blanco y rosado -, y
un espumoso hecho con los varietales
blancos aprobados por la D.O.ca. Rioja. Los tres son muy adecuados para
este tiempo canicular. Desearía que les
gustaran tanto como a mi.
Muga Blanco 2011 Fermentado en Barrica
Es un vino
blanco resultado del ensamblaje mayoritario de Viura con una mínima aportación de Malvasía. Presenta un bonito
color amarillo. Los aromas primarios de flores y frutas blancas quedan
respetados por los sutiles matices del roble donde ha fermentado. En
boca aparece de nuevo la fruta blanca. Finaliza con un
paso de boca fresco, largo y sabroso.
Muga Rosado 2011
Garnacha es la variedad principal
(más de la mitad de la mezcla), de este
inconfundible rosado. Lo complementan un 30% de Viura y una mínima aportación de
Malvasía . El año 2011 ha sido especialmente
caluroso y seco. Por ese motivo la Garnacha se ha vestido de sus mejores
galas y nos ha regalado su mejor
versión. Formidable añada y mejor ensamblaje de un vino sumamente fresco, muy frutal y
dotado con la elegante acidez de manzana (de sidra), característica esta última, aportada por la fermentación de las uvas en tinas de
madera y la permanencia del vino en
contacto con sus lías
finas.
Cava Conde de Haro
Excelente cava
riojano, que no desmerece las mejores elaboraciones del Penedés. Hecho en base a los mismos porcentajes de Viura
y Malvasía que sirvieron de coupage al blanco
fermentado en barrica.
El Cava Conde de Haro es una elegante elaboración blanc
de blancs - Brut Nature - donde las miríadas de diminutas burbujas ascienden
del fondo de la copa formando un interminable rosario. Su amplia frescura, su delicadeza floral y frutal, unida a una elegante
acidez de cítricos, le hacen muy largo y sabroso.
MUGA PRESIDE LA FUNDACIÓN PARA LA CULTURA DEL VINO
Eduardo Muga es el nuevo Presidente de la Fundación
para la Cultura del Vino en sustitución de José María Fonseca (Terras Gauda). Fonseca ha
presidido durante los dos últimos años una de las entidades vitivinícolas más importantes del país. Bodegas Muga fue fundada el año
1932 y se incorporó a la Fundación
en el año 2009.
La Fundación para la Cultura del Vino (www.culturadelvino.org) es una institución privada sin ánimo de lucro. Sus principales objetivos
son: generar conocimiento sobre el mundo del vino y sus técnicas de elaboración. Promover el consumo
moderado de vinos de calidad, y
comunicar su importancia como patrimonio cultural.
El compromiso de Eduardo Muga al frente de la Fundación se
centrará en las actividades ya
consolidadas, como son los prestigiosos Encuentros Técnicos Enológicos, la
edición de la revista Terruños, y las fastuosas catas de El Sabor de los Grandes. Eduardo Muga desea
poner en marcha nuevos proyectos que potencien la difusión de la cultura del
vino en colaboración con instituciones de la cultura y del arte. También espera
poder ganar mayor presencia en Internet
y las redes sociales.
La Fundación está integrada por siete patronos: el Ministerio de
Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Bodegas Julián Chivite,
Bodegas La Rioja Alta, Bodegas Terras Gauda, Bodegas Muga, Bodegas Vega Sicilia
y Vinos de los Herederos de Marqués de Riscal (que ostenta la vicepresidencia de la Fundación).