Este vino apenas tiene cuatro años de vida y se ha presentado esta
semana en sociedad batiendo récords. Nace con vocación de convertirse en
uno de los mejores vinos de España y para ello no se han escatimado
medios ni trabajos. Pero todo tiene un precio, y el del Teso La Monja
2008, que así se llama la criatura, es de 900 euros en origen, lo que le
convierte en el vino más caro de España.
TESO LA MONJA 2008
Los hermanos riojanos Eguren son los responsables de este nuevo hito,
que se suma al que ya protagonizaron hace unos años cuando vendieron su
primera bodega de Toro, Numanthia Termes, al grupo Louis Vuitton-Moët
Hennessy, el conglomerado francés fabricante de bienes de lujo más
grande del mundo. La operación de venta de la bodega, que entonces
producía 100.000 botellas y disponía de 40 hectáreas de viñedo, se cerró
en torno a los 30 millones de euros y se produjo después que otro
jalón, cuando la revista norteamericana Wine Advocate del todopoderoso
gurú del vino Robert Parker concedió al Termanthia 2004, elaborado por
Marcos Eguren, la máxima calificación de 100 sobre 100 puntos nunca
otorgada a ningún vino español. En esta ocasión la gloria fue compartida
con las añadas de 2004 de Pingus, Contador, Viña El Pisón y Clos
Erasmus.
Ahora el reto es nuevo. Tras muchos años profundizando en el
conocimiento de los pagos de Toro, los Eguren han dado vida al vino top
de la bodega, de la que toma su nombre, y que según sus responsables se
sitúa por encima del Alabaster, cuya calidad le coloca, según todas las
guías, como uno de los grandes vinos de España.
Teso La Monja 2008.
Este nuevo vino nace de un pequeño majuelo de 1,8 hectáreas de viñedo prefiloxérico cultivado según los principios de la biodinámica y cuya evolución en su vinificación por separado sorprendió al enólogo del grupo, Marcos Eguren, quien no se había decidido antes a dar el paso de embotellarlo por separado por sus pequeñas producciones.
Y tan escasas. La de 2008, añada con la que se estrenan, ha dado vida a tan sólo 898 botellas, fruto de una viña a la que se ha ido a trabajar manualmente "tantas veces como ha sido necesario".
'Distinción y elegancia'.
Un auténtico vino de pago que nace de un terruño que presenta en el subsuelo ligeras vetas calizas, con un nivel ligeramente superior al de la zona, lo que, según el enólogo de Teso La Monja, "confiere al vino una distinción y elegancia inusitada".
Para elaborar el nuevo vino, la vendimia se realizó en pequeñas cajas durante dos horas el 2 de octubre, con frío, tras lo que los racimos se despalillaron y se seleccionó uva a uva durante seis horas para comenzar la elaboración con una maceración prefermentativa en frío sin estrujado, y una posterior fermentación en tino de madera abierto, aquí con estrujado manual, y remontados por gravedad. Después, la maloláctica en un depósito especial de madera y su posterior crianza en tres barricas de roble francés nuevo de grano fino durante dos años.
El resultado se ha embotellado en una curiosa botella de edición numerada y vestida por un equipo de diseñadores de Estados Unidos (con Javier Romero a la cabeza) . Una nueva referencia que se suma a la familia de vinos Eguren.
Este nuevo vino nace de un pequeño majuelo de 1,8 hectáreas de viñedo prefiloxérico cultivado según los principios de la biodinámica y cuya evolución en su vinificación por separado sorprendió al enólogo del grupo, Marcos Eguren, quien no se había decidido antes a dar el paso de embotellarlo por separado por sus pequeñas producciones.
Y tan escasas. La de 2008, añada con la que se estrenan, ha dado vida a tan sólo 898 botellas, fruto de una viña a la que se ha ido a trabajar manualmente "tantas veces como ha sido necesario".
'Distinción y elegancia'.
Un auténtico vino de pago que nace de un terruño que presenta en el subsuelo ligeras vetas calizas, con un nivel ligeramente superior al de la zona, lo que, según el enólogo de Teso La Monja, "confiere al vino una distinción y elegancia inusitada".
Para elaborar el nuevo vino, la vendimia se realizó en pequeñas cajas durante dos horas el 2 de octubre, con frío, tras lo que los racimos se despalillaron y se seleccionó uva a uva durante seis horas para comenzar la elaboración con una maceración prefermentativa en frío sin estrujado, y una posterior fermentación en tino de madera abierto, aquí con estrujado manual, y remontados por gravedad. Después, la maloláctica en un depósito especial de madera y su posterior crianza en tres barricas de roble francés nuevo de grano fino durante dos años.
El resultado se ha embotellado en una curiosa botella de edición numerada y vestida por un equipo de diseñadores de Estados Unidos (con Javier Romero a la cabeza) . Una nueva referencia que se suma a la familia de vinos Eguren.
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