lunes, 11 de febrero de 2013

TRADICIÓN, INNOVACIÓN Y RESPONSABILIDAD SOCIAL

Es una de las bodegas de mayor prestigio de la Ribera del Duero y sus vinos son el paradigma del perfecto equilibrio entre tanino, alcohol y acidez. Un triángulo que aporta una calidad insuperable al vino y que ha hecho de la marca una de las mejor posicionadas en ventas e imagen de todo el país. Ahora, Emilio Moro desvela el secreto de su éxito a través de una serie de etiquetas que se incorporan a sus icónicas botellas y que representan, mediante fotografías antiguas, la entrega de una familia a su tierra, su respeto por la tradición y su apuesta por la innovación. 

Para José Moro, actual presidente Bodegas Emilio Moro y tercera generación de la familia fundadora, tradición, I+D+i y Responsabilidad Social Corporativa son el trinomio que determina el éxito de una bodega. Una responsabilidad social que desarrollan a través de la Fundación Emilio Moro, una labor de investigación que reflejan importantes  proyectos sobre la trazabilidad de la viña, selección clonal o adaptación de nuevas varietales y una tradición que se trasmite ahora también en la nueva imagen de sus vinos. 
 
 

LA HISTORIA DE LA BODEGA EN SUS VINOS
 
Cada una de las referencias presenta una fotografía familiar seleccionada en función del significado y la historia de cada vino. Así, en Emilio Moro, alma mater de la bodega, aparecen representadas la primera y segunda generación: D. Emilio Moro padre y Emilio Moro hijo, vendimiando juntos en uno de los primeros viñedos de la familia. En Malleolus, la esencia de los majuelos más viejos de la bodega, se ve al fundador trasegando en la antigua bodega, mientras que en los vinos de pago, Malleolus de Valderramiro y Malleolus de Sanchomartín, aparece en la zona de barricas, mostrando el resultado de una de las primeras añadas, en una foto muy querida por la familia.



Por su parte, Finca Resalso, el vino más joven de la gama, muestra a la tercera generación de bodegueros de Bodegas Emilio Moro: José Moro junto a sus tres hermanos, también miembros activos de la empresa familiar, en Pesquera de Duero, su pueblo natal. Una foto que muestra cómo aprendieron a amar el vino y todo lo que le rodea desde muy pequeños colaborando en las tareas vitivinícolas con su padre, y que les ha llevado a liderar hoy el mercado del vino en Ribera. 
 
 

Además de mostrar esta historia de pasión y entrega, las nuevas etiquetas representan también el espíritu de innovación y compromiso social de la bodega, por una parte, incorporando en ellas el nombre y cosecha del vino en escritura Braille, y por otra, incluyendo en en la contra-etiqueta un código BIDI que da acceso a visualizar una cata, dirigida por el presidente y la dirección técnica de la bodega.

Maleolus 2009, una añada expecional, es el primero de los vinos en salir al mercado con la nueva imagen. Finca Resalso 2012, Malleolus de Valderramiro 2009 y Malleolus de Sanchomartin 2009 lo harán en los próximos meses mientras que el buque insignia, Emilio Moro 2010, se presentará en el último cuatrimeste del año. 

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