domingo, 10 de febrero de 2013

ESPECIFICACIONES DE AGUAS

Por María Forcada y Alexandra Sumasi

Es indudable que el agua es un bien de auténtico lujo. No ya por las aguas Premium sino por cualquier agua potable que el ser humano pueda llevarse a la boca. A pesar de que el agua cubre más del 70% de nuestro planeta y es parte constituyente de todos los organismos vivos, en su versión potable es un bien escaso o muy difícil de conseguir. Aún con estas características, hace unos años se pusieron de moda las aguas Premium, unas aguas de híper lujo cuyo precio hacía sonrojar a más de uno. Muchos restaurantes y tiendas delicatessen  se sumaron a la moda de tener en sus cartas y en sus lineales esas botellas de increíble diseño que se atinaban a ver entre las manos de muchas celebrities.  La variedad de aguas  que podían llegar a ofrecer muchos establecimientos empezó a  resultar apabullante y,  encima, teníamos que  elegir bien, con seguridad, como si lo hiciéramos todos los días para no quedar como palurdos ante un servicio que no nos quitaba ojo mientras seleccionábamos la “mejor” opción.  Pero, esta moda, ¿ha perdurado?
 
 
 

¿Restaurantes rendidos a sus pies?
Llegadas desde Noruega, Japón, Inglaterra… Las diferentes aguas Premium venían, vienen,  envasadas en botellas de lujo para lucir en nuestras mesas vestidas con sus mejores galas. Desde la Bezoya de toda la vida, desde hace un  tiempo en cristal oscuro y forma octogonal, hasta la exclusiva Bling H2O, la única agua que, al parecer, bebe Paris Hilton: todas ellas parecen competir en un mundo de glamour disfrazado de salud. ¿O será al revés?
Aunque la fiebre por las cartas de agua haya pasado un poco de moda, parece ser que parte de la demanda continúa como lo demuestran las novísimas Magma de Cabreiroa y Diuco –directamente de la Patagonia- con su reciente incorporación al mercado, moviéndose, quizás, preferentemente en tiendas delicatessen.
 
 En restaurantes antaño adeptos a este líquido vital como Europa Decó, en el Hotel Urban de Madrid, la oferta ha perdido fuelle. Su director de Alimentación y Bebidas, Francisco Patón, hace un tiempo nos contaba que tenían en torno a  10 tipos de agua; siempre buscando un diseño que, además, correspondiera a una buena calidad. Ahora, aunque sigue teniendo todavía una buena muestra de aguas, su anotación es otra: ‘La demanda ha caído en picado y en todo caso el agua que siempre hay que tener, además de un buen agua mineral, es Vichy Catalán, que es muy demandada por una parte del público. Un agua de toda la vida’.
 
Restaurantes con firma de chef de primera línea como el Bistró de Madrigal continúan teniendo por escrito su carta de aguas aunque como nos comenta personalmente Andrés Madrigal, ‘Ciertamente, esto no es de lo más demandado’.
 
En Barcelona, el japonés Icho también dispone de carta de aguas con la friolera de 24 referencias en un empeño por recorrer cuatro continentes. En la carta indican la procedencia, las propiedades de cada una de las aguas y los premios o reconocimientos que han tenido.
En Un Lugar, restaurante especializado en trabajar los mejores productos de la tierra y del mar de Navarra, La Rioja y País Vasco, donde mezclan la tradición con toques de cocina moderna, también continúan ofreciendo una completa carta de aguas con varias referencias españolas y otras llegadas desde Noruega (Voss); Argentina (Lauquen); Holanda (Ogo) o Inglaterra (Hildon). Además de indicar su procedencia recomiendan tomar cada una de ellas en función de la dolencia que pueda padecer el comensal.
 
Hasta hace un tiempo, en Arola disponían de una amplia carta de aguas pero, según nos cuenta Sara Fort, maitre y parte implicada en el negocio, ‘ahora trabajamos en un plano más ecológico y hemos optado por usar una maquina que nos depura el agua del grifo’.
También hay restaurantes que desde siempre se han negado a seguir esta moda, como nos comentaba recientemente el chef Julio Fernández Quintero, del sevillano Abantal: ‘No creo que haya suficiente demanda para tener una carta de agua, al fin y al cabo, el agua es incolora, inodora e insípida’. El tocado por la varita Michelin sólo se permite una excepción: ‘Eso sí, para la gente que le gusta el agua con gas hay que tener alguna clásica como la italiana San Pellegrino’, matizaba.
 
 

Una pequeña muestra

Voss:procedente de los acuíferos de los fiordos de Noruega es el agua natural sin filtrar más pura del mundo. Con una botella diseñada por el director creativo de Calvin Clein, la noruega Voss es una de las aguas Premium que más ha penetrado en el mercado.

Finé: esta agua artesiana natural es única por su composición mineral. Extraída de un acuífero ubicado a 600 metros por debajo del cinturón volcánico Fuji, en Japón, está recomendada, cómo no, para maridar con platos de alta cocina asiática.

Bling H2O: En las montañas de Tenesse,  a más de 800 metros de profundidad, se extrae este agua más conocida por su lujoso envase engalanado con cristales de Swarosvski que por sus propiedades, que las tiene, gracias a su único proceso de 9 pasos de purificación.

Diuco: Fiel reflejo del deshielo patagónico, la novísima Diuco se recoge, de forma 100% artesanal,  en un paraje sin impacto urbano en 250 kilómetros a la redonda.
 “Fiji Water, procedente de estas islas del Pacífico. Se hizo famosa por ser la favorita de estrellas de Hollywood como Brad Pitt, Tom Cruise, Halle Berry, Jennifer Aniston o Cameron Díaz”.

Chateldon: embotellada desde 1650 es conocida como "la Rolls Royce de las aguas", y cuenta con incondicionales como Catherine Deneuve.

Magma de Cabreiroa: Clasificada como agua de aguja, es la última apuesta de la firma gallega Cabreiroa para maridar con alta gastronomía ya que su combinación de gas natural y bicarbonato estimulan las papilas gustativas y el sentido del gusto.

Vichy Catalán: Todo un clásico en la mesa, este agua destaca por su genuino sabor y su indiscutibles propiedades minero-medicinales. Desde hace años goza de un merecido prestigio de una amplia mayoría de consumidores de agua con gas.

San Pellegrino: Venida desde la vecina Italia,  esta agua con gas emerge de un manantial a los pies de los Alpes,  y  es mineralizada por el contacto con las rocas.

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