jueves, 15 de noviembre de 2012

El secreto mejor guardado De La Rubia

La región de Bohemia es famosa por dos cosas, dar nombre a un determinado modo de vida y mantener uno de los secretos mejor guardados de la historia de la cerveza rubia. Su origen.
Fue en Octubre de 1842, en la ciudad de Pilsen, República Checa, cuando el maestro cervecero Josef Groll creó una cerveza de magnífico color dorado, que sería la primera cerveza rubia de la historia, con una calidad indiscutible y un sabor espléndido, ya que antes, las cervezas eran turbias, oscuras y de regular calidad. Con el éxito, inevitablemente vino la imitación, y pronto el término Pilsner, se convirtió en un nombre genérico para cualquier cerveza de baja fermentación, por lo que en 1898 se llamó a la cerveza Pilsner Urquell, que significa literalmente ‘la Pilsner de la fuente original’.
Desde su origen, los secretos de sus técnicas de fabricación han pasado de generación en generación, manteniendo inalterados su receta original, ingredientes y método de elaboración.



La elaboración  de Pilsner Urquell se lleva a cabo con 3 ingredientes 100% naturales y de muy alta calidad, lúpulo, malta de cebada y agua, sumados a la acción de su levadura de origen centenario, conocida como el “ingrediente secreto”, que se retira tras la fermentación. 
La base de su inconfundible sabor y aroma se encuentra en el lúpulo Saaz, uno de los más nobles y prestigiosos que existen, y que además aporta importantes propiedades antioxidantes y conservantes naturales a la cerveza. Se trata de una planta trepadora de la cual se extrae las flores y se envían a la fábrica de lúpulo donde se convierten en “pellets” o lúpulos comprimidos, lo que permite su conservación y uso durante todo el año. Tiene su origen en la región de Zatec (Saaz en alemán), a 78 km de Pilsen, zona que ha vivido del lúpulo durante los últimos 1.000 años. Y se cosecha una vez al año durante dos o tres semanas, dependiendo su fecha exacta de las condiciones climáticas de cada año.

La malta utilizada es crucial para conseguir el característico color dorado de Pilsner Urquell. Está creada a partir de un tipo especial de cebada, la cebada pálida de cáscara fina de la zona de Moravia, República Checa, que produce una malta pálida que le da a Pilsner Urquell su tono dorado, además de tener poco contenido proteico lo cual contribuye a su claridad. La malta se produce directamente en la fábrica, para garantizar que ésta sea óptima y fiel a la receta original de Pilsner Urquell. El proceso de malteado consiste en sumergir el grano en agua para la germinación y luego secarlo al horno, para que de esta manera, pueda ser fermentado en el proceso de elaboración de la cerveza. 
 



La razón principal de por qué el resto de cervezas no saben como Pilsner Urquell es el agua natural extraída de los acuíferos de la ciudad de Pilsen, única por su suavidad, alta pureza y baja mineralización, lo cual hace que sea un agua potable incomparable, perfecta para la elaboración de la cerveza y para dar a Pilsner Urquell su sabor característico.
El llamado ¨ingrediente secreto¨ de Pilsner Urquell es la levadura “H”, la cual se agrega durante la fermentación y luego se elimina. Su pedigree se remonta a la misma cepa utilizada por Josef Groll en 1842, y cuenta la leyenda que un monje la sacó clandestinamente del monasterio y la vendió a Josef Groll para saldar una deuda. 
Así como sus ingredientes, el proceso de elaboración de Pilsner Urquell es muy especial, y uno de los principales secretos que el Maestro Josef Groll trajo a Pilsen. La malta se mezcla con el agua y se produce el ¨mosto¨, el cual pasa por un proceso especial de ¨triple cocción¨ en alambiques de cobre a fuego vivo.  Luego, ocurre la fermentación en combinación con el lúpulo aromático, a baja temperatura y concentrada en el fondo de la cuba, culminando con un largo proceso de maduración. 


Antiguamente, las bajas temperaturas se lograban utilizando hielo natural y gracias al almacenado en grandes túneles cavados en las rocas debajo de la fábrica. En cambio en la actualidad, la tecnología se ha adaptado a los tiempos modernos utilizándose tanques de acero inoxidable y sofisticados métodos de control de temperatura. 

En las instalaciones de la cervecería actual, en Pilsen, aún se conserva la emblemática torre del agua, en la cual antiguamente se almacenaba y distribuía el agua para la cerveza,  y el taller de barricas de madera, en el cual trabajadores checos con toda dedicación y tradición elaboran aun artesanalmente las barricas de madera para las bodegas. 
 



Bajo la fábrica, existe un gran complejo de túneles subterráneos de unos 9 km donde antiguamente se producía la cerveza. Hoy en día, parte de estas bodegas se siguen utilizando para fabricar cerveza Pilsner Urquell, ofreciendo la posibilidad de visitarlas y degustar la cerveza en su forma más fresca: sin filtrar, directo de la barrica a la copa.
Para garantizar que la Pilsner Urquell actual es idéntica a la de 1842, cada año se fabrica un lote utilizando el mismo equipamiento y método original en los túneles de la fábrica en Pilsen, y se somete a catas a ciegas en un comité de  expertos, los cuales no han sido capaces de distinguir la diferencia entre la cerveza actual y la original.
Del mismo modo que se cuida al detalle la fabricación de Pilsner Urquell, hay equipos dedicados a mantener su frescura desde que sale de la fábrica hasta que es degustada por nuestros consumidores. 
El producto de exportación se fabrica bajo pedido, para garantizar la máxima frescura posible a su llegada al país de destino. Al llegar al punto de venta, trabajamos por transmitir la misma pasión de nuestros maestros cerveceros a nuestros clientes y conseguir como resultado la mejor experiencia de Pilsner Urquell para nuestros consumidores. Por ello, educamos constantemente a los clientes en cuanto al correcto manejo del producto y almacenamiento, cumpliendo estándares estrictos de limpiezas de instalaciones de barril con alta frecuencia.  Asimismo, trabajamos muy de cerca con los camareros, personas clave en el momento crucial del servicio a los consumidores que finalmente tendrán el placer de disfrutar de una Pilsner Urquell.




Puede tomar algo de tiempo apreciar la sutil complejidad de Pilsner Urquell, pero una vez que se reconoce, destaca indiscutiblemente sobre otras cervezas. 

La temperatura ideal de servicio de Pilsner Urquell es 7ºC. Para servirla, se debe inclinar la botella a 45º y colocar el vaso casi horizontal, apuntando al centro del vaso y sirviendo sobre la pared del vaso. Esto ayuda a mantener el dióxido de carbono y resguardar el sabor. Cuando la botella está a la mitad, enderezar el vaso y servir directamente al centro. Gradualmente añadir distancia entre la botella y el vaso mientras se sirve, creando un poco de turbulencia, con el fin de liberar los aromas de la cerveza. Servir hasta que la espuma esté cerca del borde del vaso, dejando el espacio justo para que la espuma crezca hasta el borde del vaso.

Para saborearla correctamente, en primer lugar se debe colocar el vaso a contraluz y observar el color claro y dorado y la cremosa espuma. A continuación se gira el vaso con suavidad para liberar el aroma, elevándolo a la altura de la boca y aspirando profundamente. Por último se debe tomar un sorbo corto, degustando la cerveza en el paladar y tragando suavemente para saborear el pos gusto final.




Durante la cata de Pilsner Urquell se puede apreciar el característico tono dorado, limpio y transparente, con una crema densa de 35mm, blanca y sin burbujas visibles. Posee una gran intensidad aromática con notas herbáceas, frutales, con matices a regaliz y a frutas pasas. Tiene una entrada ligera y refrescante, un gran equilibrio entre acidez y amargor, y una envolvente sensación al paladar con la cremosidad de la malta. Proporciona un sabor persistente y un agradable amargor debido a la gran presencia de lúpulo.

Su baja carbonatación, que la hace más ligera y digestiva, su agradable aroma a lúpulo, su gusto suave y armonioso y su equilibrada graduación (4,4º), confieren a Pilsner Urquell una cualidad especial para combinar con una amplia variedad de ingredientes y sabores. Desde carnes magras, mariscos, ahumados, o platos especiados y exóticos, hasta la cocina italiana, el queso francés, el jamón ibérico o nuestras más deliciosas tapas y pinchos.
No cabe duda de que Pilsner Urquell, además de tener el privilegio de ser la primera rubia de la historia y haber revolucionado el mundo de la cerveza, ofrece una calidad y un sabor indiscutibles, para ser apreciados por los paladares más exigentes.
 
 

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