Cualquier excusa es buena para escaparse a Tenerife, una de las islas más sorprendentes del mundo.
Situada muy cerca de las costas
africanas, en el archipiélago canario, guarda en pocos kilómetros el
azul del Atlántico y las rocas escarpadas del Teide, el pico más alto de
España. Pero esta vez no buscamos sus paisajes volcánicos, ni sus
playas de arena negra. Nos vamos al hotel Botánico porque nos hemos
propuesto hacer un recorrido por los sabores y los colores de Tenerife a
través de uno de sus productos más dulces: la miel. Nos han contado que
aquí las hay de color ámbar y sabor delicado, como la de flores de
retama del Teide; de tinajaste; de aguacate, que huele a caramelo y
fruta madura; de castaño, y de hinojo, entre otras muchas. Así que nos
preparamos para hacer un recorrido por la isla en busca de sensaciones y
sabores. Y para un viaje como
este elegimos un hotel muy especial. El
Hotel Botánico, un oasis frondoso al norte de Tenerife. El Hotel
Botánico es el único hotel 5 estrellas gran lujo del norte de la isla, y
de hecho fue el primer hotel de Canarias en pertenecer a la marca ‘The
Leading Hotels of The World’. Se encuentra en el Puerto de La Cruz, en
su zona residencial, a pocos minutos del centro y en pleno Valle de la
Orotava. El hotel debe su nombre al Jardín Botánico que está justo al
lado. Creado por Real Orden del Rey Carlos III, desde 1788 se cultivan
aquí las especies tropicales procedentes de las colonias españolas de
Ultramar. El Botánico es un hotel clásico, tradicional y familiar. Se
abrió ya hace algunos años pero, como el buen vino, va mejorando con el
paso del tiempo. Desde 1995 pertenece a los mismos propietarios del Loro
Parque, uno de los centros de ocio más visitados de Tenerife.
La planta Ático es la más exclusiva de
todas las del hotel. Aquí están las mejores suites, decoradas con sedas
tailandesas y antigüedades, y que cuentan con enormes terrazas.
De todos los servicios que ofrece el
hotel Botánico destacar su spa, The Oriental Spa Garden, que desde su
inauguración hace 5 años ha sido un gran impulso para el hotel. Es para
uso exclusivo de los huéspedes y sólo está permitido el acceso a mayores
de 16 años. La entrada es gratuita. Son 3500 m2 donde puedes relajarte
recorriendo sus circuitos termales, tanto interior como exterior, ir a
clases de yoga o taichí o mantenerte en forma en su gimnasio
cardiovascular. La decoración y la música ambientada en Oriente son
exquisitas. Hay incluso una pagoda original tailandesa y estanques con
carpas.
En el hotel también se pueden practicar
gratis deportes como tenis, en pistas con iluminación artificial, golf,
tenis de mesa y billar. Para hacer una escapada al centro histórico del
Puerto de la Cruz el hotel cuenta con un servicio de minibús varias
veces al día. En coche o en transporte público se llega en cinco minutos
a las calles comerciales o a las famosas piscinas diseñadas por César
Manrique. De sus cuatro restaurantes a la carta tenemos que destacar El
Oriental, alta cocina de estilo asiático donde merece la pena probar el
Kiew- Wan Gai, un clásico de los curries de Tailandia elaborado a base
de pollo sobre una base de crema de coco frita con especias.
Para variar se pueden probar los platos
españoles de La Parrilla, o la gastronomía mediterránea de Il Papagallo,
y el Bar Hall cuenta con opciones de picoteo durante todo el día. Pero
esta vez no tenemos demasiado tiempo, porque en este viaje nos hemos
propuesto descubrir los ‘mil colores, mil sabores’ de las mieles
Tenerife. Así que, después de un delicioso desayuno en el jardín,
dejamos el Botánico y nos vamos en busca de los paisajes de retama
blanca y olor penetrante, de las de flores amarillas de tajinaste; en
busca de los sabores más dulces de las Islas Canarias.
Texto: Susana Rivera García Fotos: Luis Bustabad Alonso
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