El chef Luis Arévalo ha abierto su primer proyecto propio, KENA, una apuesta por la cocina que más le define enmarcada en un entorno que recuerda a las míticas tabernas japonesas, las izakayas, pero con la elegancia sutil que caracteriza a este reconocido chef peruano.
Su propuesta gastronómica tiene un eje claro: el producto. Un producto de altísima calidad, garantía de éxito de los últimos años de trabajo en Madrid, y que marca la esencia de toda su oferta gastronómica. Pero lo más interesante de la propuesta gastronómica de Kena son sus menú Omakase, o lo que es lo mismo: dejar que sea el propio chef el que decida lo que prepara sobre la marcha, al más puro estilo japonés. Tres formatos (uno corto, otro largo y un tercero pensado para el mediodía rápido) con el que Luis experimenta y renueva la carta cada día en función del mercado.
Una inauguración muy nikkei
Aunque se ha hecho esperar, el lunes 31 Luis Arévalo presentó finalmente su nuevo espacio. Acompañado de familiares y amigos, al evento asistió un numeroso grupo de reconocidos periodistas así como compañeros del chef en los fogones. No faltaron Estanislao Carenzo, de Sudestada, Chifa y Picsa; Álvaro Castellanos e Iván Morales, de Arzábal; y Gonzalo García, Roberto Martínez y Luis Gómez-Bua, de Nakeima.
Tampoco faltaron Francisco Eguiguren Praeli, embajador de Perú en España, así como otros miembros del cuerpo diplomático: Arturo Chipoco Caceda, cónsul general, y Juan José Plasencia Vasquez, consejero de Política Interna, entre otros.
El acto contó con la colaboración de la empresa Naturally Atlántico, con cuya lubina ecológica Luis elaboró tres platos: Lubina con ponzu de ají amarillo, lubina con leche
SOBRE KENA
Viento, madera, música… todo lo que recuerda la quena está en su espacio y en sus fogones. Y es que Quena es el nombre que recibe una de las flautas típicas de la cultura de muchos países de América del Sur y, en concreto, de Perú, lugar de origen de Luis Arévalo. Ha querido usar este nombre como una declaración de intenciones, pero escribiéndolo con “K” para dar un carácter nipón al nombre del restaurante. El chef deja así clara esta fusión y su visión personal de la cocina nikkei.
El restaurante está ubicado en la calle Ferrer del Río, 7, cerca de Francisco Silvela, en un local de unos 100 metros cuadrados con capacidad para 34 comensales. Decorado en tonos grises marengo y cremas, con la madera natural como protagonista, el espacio está dividido en zona de barra de sushi (máximo ocho comensales), mesas altas y comedor.
El equipo que acompaña a Luis Arévalo está formado por ocho personas, con quienes ha trabajado durante meses tanto en la carta como en la reforma del local.
SOBRE LUIS ARÉVALO
Estudió Ingeniería Agronómica y Administración de Empresas en la Universidad Nacional de la Amazonia Peruana antes de iniciar su trayectoria como cocinero en 1997, en el restaurante japonés Sushi Ito de Lima. En Santiago de Chile formó parte del equipo del restaurante Sakura y en Suiza dirigió una pequeña barra de sushi en la Estación Central de Zurich.
Tras su paso por Suiza, Arévalo llegó a Madrid. Aquí trabajó para el Grupo Kabuki durante 4 años, entre 2003 y 2007, uno de sus referentes profesionales clave. La oportunidad de dirigir la cocina de un restaurante llegó con la propuesta del Grupo Bambú de Madrid, con quien trabajó en el 19 Sushi Bar y para quien abrió el 99 Sushi Bar de Ponzano y el 99 Sushi Bar de Hermosilla.
En julio de 2010 se embarcó en Nikkei 225, donde desarrolló una cocina que conjugaba técnica japonesa con sabores peruanos bautizándole ya muchos como el precursor de la cocina nikkei en España. En julio pasado se desligó del proyecto. Actualmente, además de abrir Kena, su proyecto más personal, ejerce como instructor en diferentes escuelas y talleres de cocina en Madrid.
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