jueves, 22 de noviembre de 2012

Brucculino se traslada a los años 50

Brucculino (Trafalgar, 17. Madrid. Tel. 91 445 85 39) no cambia de nombre, ni de dirección pero sí de sabores. Son nuevas propuestas que trasladan al comensal a las trattorias de los años 50. Ignazio Deias, sardo afincado desde hace más de una década en Madrid, centra ahora toda su energía en este restaurante para conquistar todos los paladares. ¿Cómo? Dando un giro de tuerca a la carta, apostando por una cocina casera, al alcance de todos los bolsillos, y sorprendiendo con productos poco conocidos en nuestro país.
 
 
 
 
Productos seleccionados e importados directamente por Deias, que ha llegado el momento de descubrir en Brucculino. Desde que se entra en el local, una antigua máquina cortadora de fiambre, a volano, da la bienvenida y hace caer en la tentación de probar alguno de sus embutidos. Nombres que se quedarán en la memoria después de saborearlos, como el Culatello di Zibello, los tocinos di Colonnata o di Arnad, Ventricina, el Strolghino, Mortadella di Prato o los de oca de Mortara. Junto a estos, una selección de los mejores quesos del país de la bota: Bettellmatt o Castelmagno, Pecorino de diferentes D.O., o atrevidos parmesanos de distintas curaciones.

 
De los fogones salen curiosos guisos a la italiana como su versión de los callos, a veces a la milanesa, otras a la romana o a la parmigiana; los guisos marineros con protagonistas como el pulpo, los calamares o los mejillones; las legumbres tierra o mar, es decir con conejo o marisco... Sin olvidar el buque insignia de la casa, sus pastas. Malloreddus, lorighittas, paccheri, mezzi schiaffoni, makkarrones de Busa, fregua sarda, servidos con salsas de cocciones lentas, como la salsa de cebolla y queso o la concentrada de tomate, cocinadas durante más de 5 horas, y también con las clásicas, como la carbonara. Tampoco faltan las carnes entre las que destacan el Ragout de ternera con vino tinto y pimienta negra, un antiguo guiso florentino. Un sinfín de opciones que cambian quincenalmente para que volver a Brucculino sea siempre una sorpresa.
Además, desayunos desde las 8:00 hasta las 13:30 con la repostería de la mamma: tiramisú, panna cotta, zuppa inglese, entre otros dulces; bocadillos y mini pizzas para quienes prefieran lo saldado. Estas delicias se pueden tomar desde 1,90 €, acompañarlos de un delicioso capuccino o un ristretto, o de cualquier refresco, zumo, etc.
 
 

 En un pequeño rincón los clientes encontrarán una selección de productos que podrán comprar. Además de los embutidos y quesos, pastas, salsas, vinos y pannetones, entre otros, para poder llevarse Italia en el bolsillo.
Brucculino tiene capacidad para 50 comensales y el precio medio es de 30 €. Abre todos los días de la semana de 8:00 a 16:00 h. (los domingos hasta las 16.30 h.) y de 20:30 a 23.30 h. Además, jueves, viernes y sábado amplía su horario hasta las 00:30 h. Pero aún hay más... porque aquellos que prefieran disfrutar de su oferta en la oficina, en casa., etc. pueden hacerlo gracias a su servicio de take away.

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